16.2.05

¿Por qué amarillea el papel?

En los foros de comic y literatura se ha planteado más de una vez la cuestión. ¿Por qué amarillea el papel de algunos libros, comics, etc., con el paso del tiempo? Un colega lo preguntó en es.rec.ficcion.misc y ahí estaba yo, que acababa de adquirir ese conocimiento gracias a mi maestro de artes gráficas, para contestarle.

Es algo bastante normal, por desgracia (me refiero a la degradación del papel, no a resolver las dudas de mis contertulios, cosa que hago siempre con placer).

Nuestro material impreso puede adquirir con el tiempo un tono amarillento que, para colmo de males, suele variar con los años, volviéndose pardusco, cada vez más oscuro y desagradable. Además de su blancura, el papel va perdiendo también flexibilidad y resistencia, tornándose frágil y quebradizo, como una hoja de arce caída en el camino del bosque durante el otoño...

[Ya estoy poniéndome poético otra vez. Perdón.]

La clave está en el modo de obtener la materia prima necesaria para fabricarlo. La composición del papel varía según su tipo y calidad, pero la base es siempre la misma: todo papel, desde el “Elefante” que usan los masoquistas con hemorroides hasta el de los billetes de 500 euros que nunca he visto, está compuesto principal y fundamentalmente de celulosa.

Pero no todos los papeles, si os fijáis, amarillean igual. Unos aguantan mejor que otros. Es más: algunos papeles de gran calidad, como los que se utilizan para la firma de tratados internacionales, por ejemplo, no amarillean.

Lo que marca la diferencia es el modo de conseguir la pasta de celulosa con que se fabrica el papel. Hay, básicamente, dos clases: pasta mecánica y pasta química.

El papel de pasta mecánica es el famoso pulp, obtenido al reducir a pulpa trozos de madera de eucalipto, pino, etc., por procedimientos mecánicos (dándole ”caña”). La madera es triturada y machacada hasta que se separan las fibras de celulosa necesarias para hacer el papel. Esta pasta tiene un alto contenido de lignina, una sustancia presente en la madera.

El papel de pasta química se fabrica sometiendo a la madera a sustancias químicas que la reducen también a pulpa pero al mismo tiempo la “depuran” de lignina, dejando sólo la celulosa.

Por tanto, el papel de pasta mecánica tiene un alto contenido de lignina, mientras que el de pasta química carece de ella.

La lignina es un polímero orgánico que está presente, unido a la celulosa, en los vegetales leñosos. Esta sustancia desempeña otras funciones esenciales para la vida de este tipo de plantas pero, sobre todo, proporciona rigidez a las paredes de las células que forman el tejido arbóreo, otorgándole una notable resistencia a los impactos, la compresión y la flexión (traducción: es lo que proporciona solidez a la madera; sin la lignina, no habría vegetales de más de dos metros de altura). Además, los tejidos vegetales lignificados resisten mejor el ataque de los agentes patógenos.

Cuando el papel amarillea, es por culpa de la lignina.

Expuesta al aire y a la luz solar, la lignina presente en el papel de pasta mecánica sufre una transformación; se vuelve menos estable y aumenta su capacidad para absorber luz, por lo que adquiere un tono más oscuro (fijaos que las páginas de los libros siempre amarillean primero por los bordes; por ahí se cuelan más el oxígeno y la luz). Además, el papel se vuelve quebradizo (recordad que la lignina es la que aporta resistencia y rigidez a la madera; al degradarse, pierde cualidades).

Mezclando ambas pastas en diferentes proporciones, se obtienen muchos tipos de papel de distintas calidades y, claro está, con diferentes niveles de lignina. Cuanto mayor sea la proporción de pasta mecánica, rica en lignina, más propenso a degradarse será el papel. Y al revés: a más pasta química, menos lignina y menos degradación.

Naturalmente, el papel de pasta mecánica es notablemente más barato que el de pasta química.

A veces, cuando el papel para imprimir se acaba, no hay más remedio que seguir imprimiendo con un papel diferente. Si se puede elegir entre dos de similar apariencia, se elegirá el más barato, claro está. :-)) A primera vista puede parecer igual que el que se ha estado usando, pero el tiempo acaba revelando la verdad. Al oscurecerse a ritmos diferentes, la diferencia de calidad de los papeles utilizados resulta evidente en los bordes del volumen.

Los amantes del fantástico y del comic sufrimos bastante los inconvenientes de la presencia de lignina en el papel de nuestros queridos ejemplares.

Los editores de aquí, con sus pequeñas tiradas, tan típicas del mundillo fantástico español, tienden a tirarse a por el papel más cutre para compensar en cierta medida los elevados gastos fijos de la edición (maquetación, filmación de fotolitos, etc.).

Por otra parte, sobre todo a raíz de la crisis de precios de mediados de los ochenta, los comics se han venido imprimiendo en un papel muy cutre, con alta proporción de pasta mecánica en su composición. Quizá tenga algo que ver la percepción que de sus propios productos tenían los industriales del ramo: el comic era considerado como un producto de usar y tirar. Esto ha mejorado en muchos casos, pero cuando la tirada es pequeña la tentación de abaratar costes es demasiado fuerte.

Para evitar la degradación de vuestras colecciones, amiguitos, es importante que las protejáis de la luz solar directa y del aire (tampoco está mal controlar la humedad, añado, aunque no tenga relación con la lignina).

Además, como me hizo notar con agradecimiento el dibujante Javier Sánchez Aranda, si sois artistas es importante que tengáis en cuenta la lignina a la hora de elegir el papel. Para vuestros originales y reproducciones de calidad, pedid siempre papel de pasta química.

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