29.5.06

[Color] Coloreando a Frank Miller (I)


Antes de nada he de avisar a quienes no hayan leído la miniserie Wolverine, de Chris Claremont y Frank Miller, de que en esta entrada hay un pedazo de spoiler enorme de este cómic. Para los que no lo sepan, un spoiler es cuando te chafan una historia contándote detalles importantes de su trama, como que el asesino es el mayordomo. (¡Y yo convencido de que era el chófer!)

Wolverine, primera limited de Lobezno, fue editada por primera vez en España por Forum, que inauguró con ella la colección Extra Superhéroes. En esa ocasión se tituló simplemente Lobezno; desde entonces (1982) ha sido reeditada varias veces, con el título Lobezno: Honor.

Cuando leí esta miniserie yo tenía 11 años. Los que conocéis el cómic os podéis imaginar el shock. Veía ninjas por todas partes. Qué coño, hasta pensé en estudiar ninjutsu.

—¿Qué quieres ser de mayor, Juanín?
—Sicario de la yakuza.

Eso hasta que me regalaron unos cuantos libros sobre animales prehistóricos; entonces cambié mi carrera de ninja por la de paleontólogo. Pero eso es otra historia.

Cuatro años después, fingiendo que hacía un trabajo para el profesor de literatura, escribí mi primera novela (cuyo título no recuerdo) e iba de ninjas. Curiosamente, poco después leí un libro muy parecido a mi historia, titulado precisamente El ninja (con ese título, cómo no iba a comprarlo), del “best-sellero” Eric Van Lustbader; una novela de acción desenfrenada, ultraviolenta y llena de polvos. A la hora de echar un casquete, ni sexo tántrico ni hostias: el no va más es el estilo ninja. ¡Qué orgasmos! Howiya!

Bueno, a lo que íbamos, que me voy por las ramas (como buen ninja).

Este cómic me influyó mucho.

Tras enterarme de que Marvel paga unos 80 dólares por página coloreada, he hecho un intento con una página sencillita de Wolverine que, además, casualmente, es una de mis favoritas de la historia del cómic: la página 25 del cuarto y último número de la miniserie. En esta página, Logan se carga al hijoputa de la historia, el cruel Shingen, señor del clan Yashida y padre de su amada Mariko, en combate singular.

A la velocidad que voy ahora, me parece que tampoco así voy a salir de pobre. Pero bueno, eso se soluciona con práctica y más práctica.

El lápiz es de Frank Miller, la tinta (que va bastante bien con su estilo) es de Joe Rubinstein y el color es de Lynn Varley.

Para la primera viñeta me basé en mis recuerdos; luego he seguido más o menos el esquema de color original.

Lápiz: Frank Miller; tinta: Joe Rubinstein
Color de Lynn Varley
Color de Jean Mallart (basado en el trabajo de Lynn Varley)

Quiero agradecer los amables y sabios consejos del gran Fernando Iglesias Kohell, que me han permitido mejorar notablemente el aspecto final de mi coloreado. Con profesionales así, da gusto aprender.

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